Siempre estamos a la busca de algún producto o alimento que no suponga mucho esfuerzo consumir pero que a la vez sea altamente beneficioso para la salud. Hay muchos productos raros de conseguir que se supone, consiguen este doble efecto, pero nosotros somos defensores de algo que está mucho más a nuestro alcance y no tiene porqué ser difícil de conseguir, la miel. Basta una cucharada al día, ya sea disuelta en agua o té, untada en un poco de pan para el desayuno o como condimento en alguna comida para sentir sus efectos a largo plazo. Te desvelamos algunos de esos beneficios:

Una piel más limpia

La miel es un excelente antioxidante. Esto quiere decir que si la consumes de forma regular, el organismo se limpiará de las toxinas y además, las beneficios antibacterianos de la miel mejoran el estado de la piel de forma notable.

Combate las enfermedades del corazón

Estudios demuestran que los antioxidantes de la miel previenen que las arterias se estrechen. Dependiendo del área, las arterias estrechas pueden causar insuficiencia cardíaca, empeorar la memoria y causar dolor de cabeza. Para evitarlo, es suficiente beber un vaso de agua con una cucharada de miel al día.

La memoria mejora

La miel ayuda a luchar contra el estrés, restablecer la protección antioxidante del organismo y, como consecuencia, mejorar la memoria. Además, el calcio de la miel se absorbe de una forma que aprovecha el cerebro y tiene un buen efecto en su rendimiento.

Reducirás los problemas estomacales

La miel es un buen antiséptico, por lo que se recomienda comer una cucharada con el estómago vacío. Este sencillo ritual ayuda a evitar las enfermedades que pueden estar relacionadas con el tracto gastrointestinal. Además, pasando por el estómago, la miel mata las bacterias y cura las heridas en sus membranas mucosas.

Reduce los problemas nerviosos

Ya no es ningún secreto: la miel ayuda a calmar los nervios y a reducir el cansancio, es más, la glucosa de la miel es necesaria para las neuronas. Se absorbe rápidamente en la piel, lo que ayuda a relajarse, reducir las convulsiones y tratar trastornos psicológicos.