Los superalimentos son aquellos alimentos que no han recibido ningún tipo de procesamiento químico o ingredientes añadidos. Son conocidos así porque son ricos en antioxidantes, grasas saludables, vitaminas y minerales, probióticos y proteínas que ayudan a optimizar el mecanismo del cuerpo. Todo esto los convierte en alimentos buenos para la salud ya que su consumo habitual logra una ingesta nutricional recomendada por nutriólogos.
Miel
Es uno de los alimentos con más propiedades para el organismo ya que contiene vitaminas y minerales, flavonoides y un alto contenido de antioxidantes esenciales para mantenerse sano y combatir las enfermedades puesto que refuerza el sistema inmunológico y estimula la formación de anticuerpos y de glóbulos rojos.
Estos son algunos de sus beneficios:
Beneficiosa para el corazón.
Es un alimento prebiótico, que aumenta la flora bacteriana de forma natural.
Fuente de vitaminas y minerales: generalmente contiene vitamina C, calcio y hierro.
Es un excelente edulcorante.
Mejora el rendimiento físico.
Mejora el sistema digestivo.
Quinoa
Alimento con alto valor proteico, lo que, unido al aporte de energía, hace que sea ideal para personas que llevan a cabo una alta actividad física. Tiene un bajo valor glucémico, contiene fibra y es un alimento libre de gluten. Contiene ácidos grasos omega 3 y omega 6, manganeso, fósforo y magnesio, además de vitamina B9.
Estos son algunos de sus beneficios:
Ayuda a reducir el colesterol malo del organismo.
Ayuda a controlar la glucemia.
Previene enfermedades cardiovasculares.
Ayuda a regular el tránsito intestinal.
Ayuda a eliminar toxinas que pueden dañar el organismo.
Semillas de Chía
La Chía es la mayor fuente vegetal de ácidos grasos Omega-3, contiene antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y fibra, además aporta proteínas vegetales muy importantes para el cuerpo.
Estos son algunos de sus beneficios:
No contiene gluten.
Aporta energía.
Ayuda a controlar los niveles de colesterol y la tensión arterial.
Facilitan la digestión, mejoran el tránsito intestinal y tienen efecto saciante.
Favorecen el desarrollo muscular y mejoran la actividad cerebral.
Jengibre
Posee antioxidantes, es rico en selenio, potasio y hierro. Posee además propiedades mucolíticas y colagogas.
Estos son algunos de sus beneficios:
Es antimicrobiano.
Ayuda a reducir los niveles de grasas en sangre.
Es antiinflamatorio.
Eficiente en el tratamiento de trastornos digestivos.
Coco
Entre los múltiples beneficios del coco destacan sus propiedades antioxidantes. Además es rico en fibras y minerales (potasio, fósforo, magnesio, hierro y vitaminas E, C, y B).
Estos son algunos de sus beneficios:
Beneficioso para el corazón: ayuda a reducir la presión arterial y disminuir los triglicéridos.
Bajo en grasas y azúcares, apenas aporta calorías y quita la sed.
Remineralizante.
Ayuda a regular la tonicidad de los músculos.
Antioxidante y desintoxicante.
Energético: ideal para consumir en un día agitado o de mucha actividad física.
Recuerda que, acudir con un experto en nutrición, adoptar buenos hábitos de alimentación y realizar actividades físicas son la base de una vida plena y saludable.
Como padres sabemos lo difícil que en ocasiones suele ser incentivar a nuestros hijos a llevar una alimentación balanceada.
Es por eso que aquí te presentamos cinco consejos para ayudarlos a desarrollar hábitos saludables y procurar una alimentación sana.
5. Un buen desayuno
El desayuno, incluso si se trata sólo de fruta y una porción de leche, activa el cuerpo y ayuda a mantener la energía durante el resto del día.
Los niños que desayunan adecuadamente tienen un mayor rendimiento físico e intelectual; además de que un desayuno balanceado ayudara a disminuir las probabilidades de presentar obesidad a temprana edad.
Es importante que inculques en tus hijos el hábito de tomar un buen desayuno, se quedará con ellos mientras van creciendo y los ayudara en un su óptimo desarrollo.
4. Colaciones y snacks saludables
Para los niños es normal tener antojos entre comidas, por lo que se les hace fácil comer galletas, dulces o frituras, pero esos snacks poco aportan en nutrientes y suelen ser altos en calorías y niveles de sodio.
Lo recomendable es mantener al alcance de tus hijos alimentos como frutas, palomitas de maíz caseras, yogurt natural, algunos frutos secos, gelatinas naturales, etc.
3. Beber agua
Los niños suelen no tomar la cantidad correcta de agua durante el día ya sea porque se les olvida o porque no paran de moverse.
Fomenta en tus hijos buenos hábitos de hidratación, es importante para los niños porque lo necesitan fisiológicamente, además de favorecer a la concentración y el rendimiento cerebral, regular la temperatura corporal, para transportar nutrientes hasta las células y ayudar a la digestión de los alimentos.
Haz que el agua sea la mejor opción para acompañar las comidas, y que el jugo y las bebidas embotelladas pasen a ser un gusto ocasional. Otro aspecto importante, los niños deben beber agua en primer lugar cuando tienen sed, recuerda constantemente a tus hijos el beber agua y menciónales la importancia de hacerlo.
2. Comer en familia
Vivimos en una actualidad en la que como padres solemos tomar nuestros alimentos en la oficina o en el escritorio durante una jornada de home office, mientras nuestros hijos comen frente al televisor o en diferentes tiempos a los nuestros.
Es importante que te des el tiempo e incentives a tus hijos a tener comidas normales en familia, juntos en la mesa. Comer junto con tus peques te ayudara a controlar qué y cuánto comen, además de que esto le permitirá desarrollar sus habilidades sociales y de comunicación al tiempo que refuerza los lazos afectivos entre los integrantes de la familia.
1. Ser creativos
Hay alimentos que suelen no ser del agrado de los niños no tanto por el sabor sino por lo poco antojable ante la vista de ellos.
Los alimentos con una presentación agradable y divertida son muy útiles para abrir el apetito de tus hijos ya que llaman su atención. Les encantan las novedades y las sorpresas, les resultan divertidas y hacen del momento de la comida un momento agradable y placentero.
Ofréceles a tus hijos alimentos coloridos de diferentes frutas y cereales, corta vegetales en formas interesantes, sirve las comidas en formas divertidas, decora los platillos y experimenta con nuevos sabores y combinaciones.
Recuerda dar el ejemplo, si los niños ven a sus padres adoptar buenos hábitos de alimentación, los imitaran.
El 6 de Enero no deja de ser especial, todos esperamos con ansias la celebración de la llegada de los reyes magos.
Por eso te compartimos una receta especial para preparar una rosca de reyes única para compartir en familia.
Ingredientes
½ taza de agua tibia
1 sobre 2 ¼ cucharaditas = 7 gramos de levadura seca activa
4 tazas (equivalente a 565 gramos o 20 onzas) de harina de trigo y un poco más para espolvorear
¾ de taza de miel en polvo Chujuk Enjambre ( 170 gramos)
3 huevos grandes enteros
3 yemas de huevo mezcladas con 2 cucharadas de leche
¼ de cucharadita de sal
1 ½ cucharada de extracto de naranja
1 ½ barra de mantequilla sin sal ablandada (igual a 170 gramos o ¾ taza)
Mantequilla extra para untarle al tazón y al plástico con que se va a cubrir la masa mientras reposa.
Ralladura de una naranja
Para la Decoración
1 yema de huevo
¾ de taza de harina para todo uso
6 cucharadas de margarina
½ taza de miel en polvo Chujuk Enjambre
Frutos secos higos, naranja confitada, ate de membrillo cortado en tiras y/o cerezas
1 huevo batido para el glaseado del pan
1 cucharada leche o agua
Miel en polvo Chujuk Enjambre para espolvorear el pan
2 o 3 muñequitos de plástico
Elaboración paso a paso
Coloca el agua tibia en un tazón y espolvorea la levadura; mezcla con un tenedor hasta que la levadura se disuelva. Una vez disuelta déjala reposar de 5 a 10 minutos (usualmente se forman unas burbujas después de ese tiempo). Agrega ½ taza de harina y mezcla; cubre el recipiente con un plástico y deja reposar en un lugar cálido hasta que doble en volumen (aproximadamente 25 minutos).
En un tazón grande mezcla primero los ingredientes secos como la harina, la miel en polvo y la sal. Una vez mezclados, agrega los huevos, las yemas mezcladas con la leche, el extracto de naranja, la ralladura de naranja y la mantequilla, e integra todo muy bien. (Aunque tengo batidora de pedestal esta vez quise hacer la masa a mano, ya que no todos tienen una; pero si tú tienes una batidora de pedestal disponible, úsala para este proceso).
Agrega la mezcla de levadura a la masa que ya hiciste con la harina y los huevos mencionada arriba, revuelve muy bien. (La mezcla se sentirá pegajosa). Coloca la mezcla en una superficie enharinada y comienza a trabajarla hasta obtener una masa suave. (No le pongas mucha harina en este paso ya que dará como resultado un pan muy seco). La masa deberá quedar muy húmeda y elástica (aunque en las fotos no se aprecia mucho), así que no le pongas mucha harina a la mesa donde la vayas a manejar; sólo ponle la harina necesaria para darle forma a la masa. El proceso para lograr este resultado tardará de 15 a 20 minutos. (Si la amasas en la batidora de pedestal tomará aprox. 7 minutos).
Una vez que la masa esté suave y elástica colócala en un tazón untado con mantequilla, y cúbrela con plástico untado con mantequilla también para el primer período de reposo. Deja reposar la masa en un lugar cálido hasta que doble en volumen (aprox. 1 hora y media). Asegúrate de que tu cocina se sienta calientita para ayudar a que la masa esponje. En caso de que haya transcurrido la hora y media y la masa no haya subido, déjala más tiempo. El sabor del pan se desarrolla en el proceso de fermentación, así que si le das el tiempo necesario tendrás mejor resultado.
Mientras la masa está en reposo prepara los ingredientes para la decoración: Mezcla la margarina con la miel en polvo hasta que esté cremosa. A continuación, añade la harina y la yema de huevo hasta formar una pasta homogénea.
Después del primer tiempo de reposo pon la masa sobre una superficie ligeramente enharinada y amasa ligeramente a que se integre. Además, recuerda que tiene que ser una masa muy floja y aguada para poder darle forma de un cojín redondo y hacer un agujero en el centro en forma de un anillo grande. Transfiere la masa a una charola para hornear — previamente engrasada con manteca — y cubre la masa con un plástico untado con mantequilla. (Ten cuidado de no presionar la masa). Deja reposar en un lugar tibio durante 45 minutos mientras reúnes los ingredientes para la decoración y bates muy bien el huevo con la leche o agua para el barníz.
Con la ayuda de una brocha de cocina barniza la masa con la mezcla de huevo dos veces. Revuelve las tiras para decoración con la miel en polvo y decora la masa. (Para formar las tiras de decoración sólo coloca una pequeña porción de la mezcla entre tus manos). Pon un poco de la fruta seca sobre la masa presionando suavemente. Espolvorea la rosca con miel en polvo y hornea los primeros 10 minutos a 375°F (190°C); después reduce la temperatura a 350°F (180°C) , y hornea 10 minutos más hasta que el pan tenga un bonito color dorado. (Puede ser que el tiempo varíe dependiendo de tu horno, algunos lectores reportan haberla horneado hasta 30 minutos)
Transfiere la rosca a una rejilla y déjala enfriar. En lo personal, después de que ésta se ha enfriado, yo inserto los muñequitos de plástico en la parte inferior. (No te olvides de mencionarle a tus invitados que hay muñequito (s) dentro de la rosca).
La rosca de reyes se puede guardar en un recipiente hermético hasta por 3 días.